Elegir un hogar geriátrico no es un acto de “abandono”, sino una decisión responsable cuando se hace pensando en el bienestar, seguridad y calidad de vida del adulto mayor. Un buen hogar es un lugar donde pueda seguir viviendo con sentido, acompañado y respetado.
1. Definir las necesidades del adulto mayor
- Requiere cuidado permanente o solo atención diurna?
- ¿Tiene condiciones médicas especiales (Alzheimer, movilidad reducida, etc.)?
- ¿Necesita acompañamiento médico, terapias o solo actividades sociales?
- ¿Qué nivel de autonomía conserva?
Esto orientará si necesita un centro de larga estancia, día, especializado o mixto.
2. Verificar la habilitación legal del centro
- Asegúrate de que el centro esté habilitado por la Secretaría de Salud local.
- Revisa que cumpla con la Resolución 518 de 2015 sobre lineamientos técnicos para centros de protección social al adulto mayor.
- Pide ver el registro de habilitación y permisos vigentes.
Un centro habilitado ofrece mayor seguridad, seguimiento y cumplimiento de estándares de calidad.
3. Visitar las instalaciones personalmente
- Evalúa higiene, accesibilidad, ventilación, iluminación, espacios verdes y seguridad.
- Observa cómo interactúa el personal con los residentes.técnicos para centros de protección social al adulto mayor.
- Pregunta por protocolos de emergencias, alimentación, administración de medicamentos, actividades y horarios.
Confía más en lo que ves y sientes que en lo que te dicen.
4. Evaluar el equipo profesional, verificar si cuentan con:
- Personal de salud: médico, enfermero(a), auxiliar de enfermería.
- Profesionales de apoyo: terapeuta ocupacional, fisioterapeuta, psicólogo, nutricionista.
- Personal capacitado en cuidado humanizado del adulto mayor.
La atención interdisciplinaria marca la diferencia en la calidad de vida del residente.
5. Revisar el modelo de atención
- Pregunta si el enfoque es centrado en la persona: respeto por la autonomía, intereses, historia y decisiones del adulto mayor.
- Indaga por el plan de actividades físicas, cognitivas, espirituales y recreativas.
- Evalúa si promueven la integración social, familiar y comunitaria.
6. Analizar la ubicación y accesibilidad
- La cercanía facilita las visitas familiares frecuentes.
- Valora si el entorno es tranquilo, seguro, con naturaleza o zonas verdes.
- Verifica la disponibilidad de transporte y servicios de emergencia cercanos.
7. Conocer el reglamento y contrato
- Lee el contrato con calma: cláusulas, derechos y deberes, condiciones de ingreso y retiro.
- Pregunta por políticas frente a visitas, pertenencias personales, actividades externas, etc.
- Asegúrate de que haya un manual de convivencia claro y respetuoso.
8. Preguntar por costos y lo que incluyen
- Solicita un desglose detallado de los servicios incluidos: alojamiento, alimentación, medicamentos, cuidados médicos, terapias, lavandería, etc.
- Indaga si existen costos adicionales por emergencias o acompañamientos especiales.
9. Pedir referencias y opiniones
- Habla con familiares de otros residentes.
- Investiga reseñas en línea, si las hay.
- Pregunta por visitas de la Secretaría de Salud y resultados de inspecciones.
10. Escuchar al adulto mayor
- Involúcralo en la decisión siempre que sea posible.
- Escucha sus sensaciones tras la visita. ¿Se sintió cómodo? ¿Le gustó el ambiente?
- La decisión debe partir del respeto a su dignidad, autonomía y deseos.